El dolor de dientes puede tener su origen en un problema dental, como una caries o una enfermedad periodontal, o en un problema de otra índole como una infección de los senos paranasales. El estrés también puede causar dolor de dientes, si está tan estresado que aprieta la mandíbula y rechina los dientes puede llegar a padecer un dolor relacionado con la articulación temporomandibular (ATM). La ATM es la articulación que une la mandíbula con la base del cráneo y le permite abrir y cerrar la boca.
La disfunción temporomandibular (DTM) es un conjunto de alteraciones que provocan dolor alrededor de la ATM y los músculos circundantes. Al contraer la mandíbula y rechinar los dientes se añade más presión a los músculos de la mandíbula, y estos se inflaman. La DTM puede afectar a la capacidad de hablar, comer, masticar, tragar, realizar expresiones faciales e incluso respirar.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS DE LA DTM?
El dolor es uno de los síntomas más frecuentes de la DTM. El dolor provocado por la DTM suele describirse como un dolor poco intenso en la articulación temporomandibular y las zonas circundantes, incluido el oído. Algunos pacientes no presentan dolor pero sí disfunción de la mandíbula. Otros síntomas son:
Tenga en cuenta que es habitual tener molestias ocasionales en la articulación temporomandibular o los músculos de la masticación y no debe preocuparse. Mucha gente con DTM mejora sin tratamiento. A menudo, el problema desaparece por sí solo tras varias semanas o meses.
¿QUÉ PROVOCA LA DTM?
Además del estrés, otras posibles causas son lesiones en la zona de la mandíbula, varias formas de artritis, algunos tratamientos odontológicos, causas genéticas u hormonales, infecciones y enfermedades autoinmunitarias.
CÓMO TRATAR LA DTM
Puesto que muchos de los problemas de la articulación temporomandibular y los músculos de la mandíbula son temporales y duran solo unas semanas o meses, un cuidado sencillo, como aplicar compresas calientes o frías y tomar medicamentos de venta sin receta, suele ser suficiente para aliviar las molestias. Deben evitarse los tratamientos que puedan causar cambios permanentes en la mordida o en la mandíbula.
Los tratamientos para la DTM deben ser reversibles siempre que sea posible. Es decir, que el tratamiento no debe causar cambios permanentes en la mandíbula o los dientes. Algunos ejemplos de tratamientos reversibles son:
No se ha demostrado que los tratamientos irreversibles sean eficaces y es posible que incluso empeoren el problema. Algunos ejemplos de tratamientos irreversibles son:
Los casos más complejos conllevan dolor intenso y crónico y disfunción temporomandibular. En estos casos, es preferible que el paciente reciba tratamiento conjunto por parte de un equipo de especialistas en campos como neurología, reumatología y algiatría a fin de recibir un programa de cuidado integrado.¹
Investigaciones futuras
En los últimos años, la TMJ Association Ltd., una organización nacional estadounidense sin ánimo de lucro para la defensa del paciente, ha cofinanciado cinco reuniones científicas internacionales con los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH) a fin de abordar la DTM. Para más información acerca de estas reuniones y más detalles sobre la DTM consulte el sitio web de la TMJ Association: www.tmj.org.
REFERENCIAS